El cambio está en nosostros... Tenemos la facultad de ser distintos, de pensar distinto, de ser el cambio que queremos ver. No hay solución más que la se encuentra en nostros mismos, no hay camino más que el que tenemos en frente de nosotros.
No hay alternativa más que en cada ser humano que desea luchar por un mejor mundo.
No hay alternativa más que la que se encuentra frente a nosotros, cada segundo, persona frente a nosotros, oportunidad que se nos presenta. Ahí y sólo ahí podemos ser distintos, tenemos la posibilidad de darnos a los demás, de servir, de sonreir, de tener una identidad y cambiarla cuando queramos...
Dirigirnos hacia nuestros objetivos, hacia la felicidad que se encuentra dentro de nuestro propio ser, en nadie y nada, sino dentro de nosotros.
¿Y cuándo no llega esa felicidad? ¿Dónde la buscamos? ¿Dónde tenemos que ir para encontrarla? Viajar no ayuda, perderse en la trivialidad, en lo efímero... ¿Y después? Regresamos al mismo lugar, nos encontramos con nosotros mismos, solos y con nadie más que nuestros recuerdos, ¿el pasado que nos ataca, el futuro incierto y un presente cada vez más banal?
¿Hacia dónde caminar cuando no encontramos la salida? Regresamos a lo normal, lo cotidiano, lo que nos define, pero que posiblemente no sea lo que somos o lo que queremos. Y cuando no sabemos qué queremos? Con quien acudir y qué hacer?
Por lo menos la cotidianidad nos separa del ocio, del pensamiento que nos altera, de la mediocridad de la nada.
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